Es importante señalar que no hay nada en la Biblia que sugiera que los seguidores de Jesús necesiten ser “confirmados”. La idea fue concebida y establecida en el Concilio de Trento de 1563.
La confirmación se considera la culminación del bautismo, donde un creyente recibe el Espíritu Santo y un obispo lo “confirma” y lo incorpora a la Iglesia Católica Romana.
La Iglesia Católica Romana argumenta que la confirmación proviene de Hechos 19, donde Pablo se reunió con algunos discípulos en Corinto. Pero veremos que esta justificación es errónea.
“—¿Recibieron ustedes el Espíritu Santo cuando creyeron? —preguntó Pablo.
—No, ni siquiera hemos oído hablar del Espíritu Santo —respondieron.
—Entonces, ¿qué bautismo recibieron? —preguntó.
—El bautismo de Juan —respondieron.
Pablo les explicó:
—Juan bautizó con un bautismo de arrepentimiento, y le indicaba a la gente que creyera en el que vendría después de él, es decir, en Jesús.
Al oír esto, fueron bautizados en el nombre del Señor Jesús. Cuando Pablo les impuso las manos, el Espíritu Santo vino sobre ellos y empezaron a hablar en lenguas y a profetizar.Hechos 19, versos 2-6
Se trata de una situación muy específica, en la que estos discípulos habían recibido la versión del bautismo que Juan el Bautista enseñaba antes de Jesús. Pero no tiene cabida en la sociedad actual ya que, desde el día de Pentecostés, el Espíritu Santo reside en todos los que se arrepienten y creen en Jesús.
“En él también ustedes, cuando oyeron el mensaje de la verdad, el evangelio que les trajo la salvación, y lo creyeron, fueron marcados con el sello que es el Espíritu Santo prometido. Este garantiza nuestra herencia hasta que llegue la redención final del pueblo adquirido por Dios, para alabanza de su gloria”.
Efesios cap. 1, versos 13-14
“Solo quiero que me respondan a esto: ¿Recibieron el Espíritu por las obras que demanda la Ley o por la fe con que aceptaron el mensaje?”.
Gálatas cap. 3, verso 2
“¿Acaso no saben que su cuerpo es templo del Espíritu Santo, quien está en ustedes y al que han recibido de parte de Dios?”.
1 Corintios cap. 6, verso 19
“Sin embargo, ustedes no viven según la carne, sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios vive en ustedes. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de Cristo”.
Romanos cap. 8, verso 9
Al creer en las buenas noticias de la salvación por la fe en Jesús, recibimos el Espíritu Santo. Para que esto tenga lugar, no necesitamos que un obispo lo confirme. Recibimos el Espíritu Santo desde el momento en que creemos.